viernes, 16 de mayo de 2008

A UN RÍO LE LLAMABAN CARLOS

Yo me senté en la orilla:
quería pregntarte, preguntarme tu secreto;
convencerme de que los ríos resbalan hacia un anhelo y viven;
y que cada uno nace y muere distinto (lo mismo que a tí te llaman Carlos).

Quería preguntarte, mi alma quería preguntarte
por qué anhelas, hacia qé resbalas, para qué vives.

Dímelo, río,
y dime, di, por qué te llaman Carlos.

Ah, loco, yo, loco, quería saber qué eras, quién eras (género, especie)
y qué eran, qué significaban "flui", "fluído", "fluyente";
qué instante era tu instante;
cuál de tus reflejos, tu reflejo absoluto;
yo quería indagar el último recinto de tu vida:
tu unicidad, esa afina de agua única,
por la que te conocen por Carlos.

Carlos es una tristeza, muy mansa y gris, que fluye
entre edificios nobles, a Minerva sagrados,
y entre hangares que anuncios y consignas coronan.

Y el río fluye y fluye, INDIFERENTE.
A veces suburbana, verde, una sonrisilla
de hierba se distiende, pegada a la ribera.
Yo me he sentado allí, sobre la hierba quemada del invierno, para pensar por qué los ´ríos siempre anhelan futuro, como tú lento y gris.
Y para preguntarte por qué te llaman Carlos.

Y tú fluías, fluías, sin cesar, indiferente,
y NO ESCUCHABAS a tu amante extático,
que te miraba preguntándote,
como miramos a nuestra primera enamorada
para saber si le fluye un alma por los ojos,
y si en su sima el mundo será todo luz blanca,
o si acaso su sonreír es sólo eso: una boca amarga que besa.
Así te preguntaba: coo le preguntamos a Dios en la sombra de los quince años,
entre fiebres oscuras y los días - qué verano - tan lentos.
YO quería que me revelaras el secreto de la vida
y de tu vida, y por qué te llamaban Carlos.

Yo no sé por qué me he puesto TAN TRISTE, contemplando
el fluir de este río.
Un río es agua, LÁGRIMAS: mas no sé quién las llora.
El río Carlos es una tristeza gris, mas no sé quién la llora.
Pero sé que la tristeza es gris y fluye.
Poque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye es lágrimas.
Todo lo que fluye es tristeza, y no sabemos de dónde viene la tristeza.
Como yo no sé quién te llora, río Carlos,
como yo no sé por qué eres una tristeza
ni por qué te llaman Carlos.

Era bien de mañana cuando yo me he sentado a contemplar el misterio fluyente de este río,
y he pasado muchas horas preguntándome, preguntándote.
Preguntando a este río, gris lo mismo que un dios;
preguntándome, como se le pregunta a un dios triste:
¿QUÉ BUSCAN LOS RÍOS? ¿qué es un río?
Dime, dime qué eres, QUÉ BUSCAS,
río y por qué te llaman Carlos.

Y ahora me fluye dentro unas tristeza,
un río de treisteza gris,
con lentos puentes grises, como estructuras funerales grises.
TENGO FRÍO en el alma y en los pies.
Y el sol se pone.
Ha debido pasa mucho tiempo.
Ha dabido pasar el tiempo lento, lento, minutos, siglos, eras.
Ha debido pasar toda la pena del mundo,como un tiempo lentísimo.
Han debido pasar todas las lágrimas del mundo, como un río indiferente.
Ha debido pasar mucho tiempo, amigos míos, mucho tiempo
desde que y me senté aquí en la orilla, a orillas
de esa tristeza, de este
río al que le llamaban Dámaso, digo, Carlos.


Dámaso Alonso , 1954.

2 comentarios:

urucatsuru dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Rojo dijo...

FOTOS! FOTOS! FOTOS! (jajajaja!)
un beso
rojo.