lunes, 12 de mayo de 2008

Hay muchas cosas que me gustan y claro, otras muchas que me disgustan, y la verdad me siento orgullosa de la mayoría de ellas. No puedo evitar sentir un cierto orgullo "intelectual" al decir que no me gustan las telenovelas o los cosméticos; ni puedo evitar sentirme "transgresora" si menciono cuánto me gusta comer helado frente a una mujer que no lo come por dieta.
¡Cuánto disfruto hablar de lo que me gusta! me encanta cuando encuentro gente que comparte mis gustos, ahhh... esa cálida sensación de complicidad...aunque, debo confesar, que tengo algunos gustitos de los que prefiero no hablar, ya saben, esos gustos "culpables", esos que casi casi ni uno mismo se confiesa y siempre van acompañados de la vergüenza.
Pero hoy no puedo más, tengo que hacerlo, mi pecho va a estallar si no lo dejo salir... Señores: " me gusta Doce Corazones."

Ahhh, qué alivio...

Oh sí, cómo disfruto viéndolo, además nunca deja de sorprenderme. Fíjense, hoy estuvo buenísimo... Los participantes armaron todo un alaraque, discutían si el hombre debía mantener a su mujer o no. Todos los hombres estaban de acuerdo en que no, pero entre las mujeres había controversia. Estaban las ultra, que abiertamente decían que el hombre debe pagar todo, que para eso ellas quierían un hombre con dinero y no un "prangana" o un "codo"; las moderadas votaban por el 50/50; y las complacientes (quería poner urgidas, pero se me hace que puede ser medio ofensivo) que decían que no tenían problema de pagarles todo.

Nooo, si se puso divertido, ya cuando empezaron las ofensas, la muy atinada Penélope paró todo.
Entre los hombres había un gringuito y créanlo o no, era el que estaba más abierto a la posibilidad de mantener a su mujer. Bueno, pues a la hora de hacerse ojitos, elegir pareja y todo eso ¿qué creen? Los hombres más ofensivos a la hora de la discusión fueron los más solicitados, el pobre gringo se quedo esperando, así es, más de una ultra fue despreciada por el más patán, ese al que le habían dicho macho.
El colmo fue una que cuando Penelope le preguntó cómo "sería su hombre ideal" dijo que quería uno que no fumara, que no tomara, que le gustara estar con ella y que fuera fiel; a esto uno de los hombres soltó la carcajada y le hizo notar lo iluso de su petición diciendo: "¡Bahhhhhh, esa lo que quiere es un mandilón! no, el hombre a la cantina, pues ¿cómo?" Pero eso no es lo raro, lo realmente inverosímil de todo esto es que ella, cuando le pidieron que escogiera, con ojos pispiretos lo eligió precisamente a él!!!

1 comentario:

Sergito dZ dijo...

Ahhh no manches, pues entonces únete a tus propios alumnitos que disfrutan cada qeu pueden viendo ese programa y pues no te preocupes, todos tenemos gustos culpables (y el que me dijiste el otro día... no manches) Pero en fin, Disfruta de Doce corazones y te mando abrazo. Bye