lunes, 28 de abril de 2008

Alumno: Maestro estoy teniendo problemas para hacer mi ensayo.
Profesor: ¿Qué pasa?
Alumno: No encuentro bibliografía que hable sobre el libro que estoy leyendo, es muy reciente. ¿Qué hago?
Profesor: Pues puedes buscar en la red si encuentras algo, o busca bibliografía sobre el tema del libro.
Alumno: Ya busqué, no encuentro nada.
Profesor: Entonces busca en revistas o suplementos culturales.
Alumno: También ya lo intenté.
Profesor: Entonces no queda nada por hacer...
Alumno: ¡NO!!! ¿Voy a tener que pensar por mí mismo?
Profesor: No, vas a tener que cambiar de tema.
Soy una mujer clasemediera que se acerca a los treinta (por feo que me pueda sonar). ¿Qué significa eso?
Algunos dicen que significa que debería ser una persona con cierto status social, cierto patrimonio, ciertos logros, entre ellos una licenciatura, tal vez un carro, en vías de casarse, con un buen empleo y objetivos claros.
Crecí en un ambiente de "gente bien", respetable, responsable, con valores. Me enseñaron que debo pensar en mi futuro, luchar por mis objetivos, buscar ser buena en lo que hago, cumplir mis sueños.
El problema es que ya no sé cuáles son mis sueños.
Hace diez años, mi sueño era ser diferente, vivir de acuerdo a mis principios y no a los de los demás (en realidad no era tanto que fueran propios sino que fueran en contra de los establecidos). Quería vestirme a mi modo, hablar a mi modo, pensar a mi modo... Nunca me dí cuenta de que mis modos eran los de una pachequina más, y claro, contemplada dentro del "stablishment".
Hace cinco años, cuando me dí cuenta de que mi rebeldía no era más que una ilusión y de que estaba creciendo, mi objetivo se volvió recuperar el tiempo perdido y volverme una ciudadana respetable. Entré a la Universidad, busqué un empleo estable, cambié mi guardarropas y dejé las drogas.
Luego quise llenar mis angustias con propiedades y un estilo de vida alto, que me vieran con un pasaporte lleno de sellos de otros países, con ropa de marca, con glamour y belleza, que mis palabras llenas de cultura impresionaran al mundo, que todos supieran que estudio letras y tengo buen inglés. Quise proyectar una imagen a los ojos de los demás que diera a mi vida el sentido que le falta .
Hasta hace unos días pensaba que la causa de mi deseo por estas cosas era la madurez que ya me había alcanzado (ya saben, eso de pensar en el bienestar futuro, hacer un patrimonio y esas cosas), pero no, solo es la evidencia de que estoy empapada de la ideología consumista y cuánto duelo darse cuenta de ello.
Ahora, me veo aburrida y con expresión triste. Ya no creo que se pueda ser un outsider ni nada por el estilo, pero tampoco cumplir con mi papel de persona económicamente activa me hace muy feliz.
Lo que queda : soy una mujer clasemediera que se acerca a los treinta y no tiene ni la más remota idea de qué quiere ni hacia dónde va.

sábado, 26 de abril de 2008


"(...)It was hard to undersand, and all I knew was that you had to run, run, run, without knowing why you were running, but on you went through fields you didn't understand and into woods that made you afraid, over hills without knowing you'd been up and down, and shooting across streams that would have cut the heart out of you had you fallen into them. And the winning post was no end to it, even though crowds might be cheering you in, because on you had t go before you got your breath back, and the only time you stopped really was when you tripped over a tree trunk and broke your neck or fell into a disused well and stayed dead in the darkness forever. So I thought: they aren't going to get me on this racing lark, this running and trying to win, this jog-trotting for a bit of blue ribbon, because it's not the way to go on at all, though they swear blind that it is.(...)"

The Loneliness of the Long-distance Runner by Alan Sillitoe.

sábado, 19 de abril de 2008

Charlotte mi teléfono está suspendido, tengo otro número, abre un mail para poder mandártelo por ahí, si no recuerdas mi mail también puedes escribirme aquí. Espero que lo hagas, aunque esto sea como un disparo al cielo porque ni si quiera estoy segura de que leas esto.

lunes, 14 de abril de 2008

Creo que la gripa del fin de semana me secó el cerebro.

skin

Obedient daily dress,
You cannot always keep
That unfakable young surface.
You must learn your lines-
Anger, amusement, sleep;
Those few forbidding signs
Of the continuous coarse
Sand-laden wind, time;
You must thicken, work loos
Into an old bag
Carrying a soiled name.
Parch then; be roughened; sag;
And pardon me, that
I Could find, when you were new,
No brash festivity
To wear you at, such as
Clothes are entitled to
Till the fasion changes.

Philip Larkin.

miércoles, 9 de abril de 2008

Estoy pensando en meterme a un par de concursos, uno, el del Imer cuyo tema es la presencia de la radio en la sociedad; el otro, el de Michellin (que da $100 000 al primer lugar) en el que hay que relacionar al mono ese blanco con algún motivo de la naturaleza (pura publicidad pero es un buen varo).
La cosa es que no se me ocurre nada. Siempre que he llegado a tomar una foto o escribir algo es porque de repente eso llega a mi mente, sin más preambulos se aparece la imagen de algo de lo que tengo que hacer una foto o se me aparecen palabras que me urgen a dejarlas salir por mi boca, así como los conejitos del cuento de Cortazar. No es algo que busque,es algo que pasa, ,algo que llega sin ser llamado y cuando lo llamo no llega.
No sé, bueno, la idea es que ahora que quiero hacer algo con metas y descripciones específicas no me viene a la mente ni un cacahuate, y no lo digo cómo sorprendida por que me crea la señorita creación o algo, sino con la frustración de alguien que ve esos lindos cien mil pesitos alejarse con sus diminutas alitas.
Continuing to live -- that is, repeat
A habit formed to get necessaries --
Is nearly always losing, or going without.
It varies.

This loss of interest, hair, and enterprise --
Ah, if the game were poker, yes,
You might discard them, draw a full house!
But it's chess.

And once you have walked the length of your mind, what
You command is clear as a lading-list.
Anything else must not, for you, be thought
To exist.

And what's the profit? Only that, in time,
We half-identify the blind impress
All our behavings bear, may trace it home.
But to confess,

On that green evening when our death begins,
Just what it was, is hardly satisfying,
Since it applied only to one man once,
And that one dying.

Philip Larkin