jueves, 19 de marzo de 2009

Vi la película de "El casamiento de Raquel", es excelente. Transcurre en un lapso de tiempo corto, un par de semanas y muestra cómo se relacionan los miembros de una familia con una de las hijas que sale de una clínica de recuperación de drogas durante los preparativos de la boda de una de la otra hija.
Durante toda la película esa tensión familiar a la que muchos nos hemos habituado tanto se hace casi tangible, puede sentirse de tal forma que termina por enfermar tanto a los protagonistas como al expectador. Creo que es un excelente retrato del modo en que funcionan las familias --y las sociedades en general.
Es claro que en toda familia ocurren cosas desagradables, unos lastiman a otros, hay tragedias. La mayoría de estos sucesos ocasionarían rompimientos en una relación cualquiera (si un amigo insulta, traiciona, roba, miente... uno puede terminar la relación sin ningún empacho y no volverle a ver), pero no en la familia. Se puede ser insultado, traicionado, robado, engañado, castigado.... pero como la familia es la familia hay que quedarse y ser un buen hijo, padre, madre... Y como todas esas cosas suelen ser muy dolorosas, lo que queda por hacer para que la familia siga "funcionando" es NO hablar de ellas. Esos pormenores se acumulan y se acumulan y forman un velo delgado y blanco, como una bruma que no deja ver ya a las personas claramente y crece y se hace más grueso, más pesado, tanto que ahoga.
No sé, tal vez exagere al generalizar, tal vez si soy pesimista como dicen, pero lo que sí puedo decir es que hasta ahora no he conocido a ninguna familia que no tenga este velito (por muy delgado que sea), creo que lo más lejano a esto que he visto son las familias que no tienen ni idea de su existencia.

No hay comentarios: