martes, 10 de junio de 2008

Vino a visitarme un buen amigo, me llenó de gusto verle, desfortunadamente el gusto no fue compartido por mi perro. Saludablemente hizo manifiesto su enojo, comenzó con pequeños lloriqueos por aquí y por allá, pero al ver que no dieron mayor resultado, emprendió una carrera desenfrenada por toda la casa, luego cometió actos vandálicos de lo peor y como mi amigo no se iba tuvo que hacer uso de su más letal recurso: se le montó en la pierna cínicamente.
La verdad es que el movimiento de su cadera me causó un poco de risa, pero mi risa fue detenida súbitamene al ver la expresión "algo" molesta de mi amigo así que tuve que empujar a mi perro aumentando su enojo.
En fin, el incidente no pasó a mayores, pero sí me hizo pensar en las diferencias entre las reacciones humanas y las caninas. He oído muchas historias de celos de perros, también de changos, es más, hasta de gallinas. Supongo que esta cuestión de los celos es más natural (natural de naturaleza no de normalidad) de lo que nos gusta creer, la diferencia es que los animales no tienen el menor empacho por demostrarlo mientras que nosotros sí. Los celos han sido terriblemente satanizados, pareciera que nos empeñaramos en creer que "nosotros los civilizados" lo único que debemos ser capaces de sentir es amor, amistad, cariño, caridad....ya saben, todo eso que demuestre nuestra naturaleza "superior". No sé en qué aciago momento de la historia se decidió que debíamos, a toda costa, evitar cualquier manifestación de nuestra animalidad, aveces me parece que en el fondo sabemos que eso de que somos animales "racionales" es tan insostenible que, como buenos obsesivos, nos creamos toda una serie de rituales para poder creernosla.
No sé, pero para mí esto de refrenar todas mis reacciones y hablar calmadamente cuando quisiera correr, morder o montarme sobre alguien me enloquece.

2 comentarios:

Manuel Sánchez. dijo...

Me parece más interesante esa parte animal del ser humano, digo, creo que es más autentica y alcanza los niveles de sinceridad más altos... en fín, me gustó mucho tu post, venía pensando algo parecido.

Me llegó a la mente la novela del tunel, la recuerdas?

saludos.

Ollinterra dijo...

Acerca de tu espacio

Usualmente la primera impresión que tenemos del mundo y de las personas que nos rodean, es a través de la forma individual que tenemos de mirar, para algunos es suficiente y para otros es lo único que se puede hacer, obteniendo una visión incompleta.
Este espacio, trasciende al exterior que conozco de tu persona. Veo que te permite soñar, gritar o reflexionar en voz alta, sin que haya quien te haga sentir juzgada socialmente o fuera de lugar.
A mí, a través de la lectura silenciosa y anónima me da la oportunidad única de atisbar a tu forma de pensar y leer como miras la distancia, la incertidumbre, la nostalgia y el agobio que en ocasiones te invade.
Me da gusto que tengas un lugar para expresarte en lo mundano y lo complejo, y los demás un lugar para escucharte. Con ello podemos sumar tu forma de ver a la propia o simplemente vernos reflejados.

Yo