lunes, 28 de abril de 2008

Soy una mujer clasemediera que se acerca a los treinta (por feo que me pueda sonar). ¿Qué significa eso?
Algunos dicen que significa que debería ser una persona con cierto status social, cierto patrimonio, ciertos logros, entre ellos una licenciatura, tal vez un carro, en vías de casarse, con un buen empleo y objetivos claros.
Crecí en un ambiente de "gente bien", respetable, responsable, con valores. Me enseñaron que debo pensar en mi futuro, luchar por mis objetivos, buscar ser buena en lo que hago, cumplir mis sueños.
El problema es que ya no sé cuáles son mis sueños.
Hace diez años, mi sueño era ser diferente, vivir de acuerdo a mis principios y no a los de los demás (en realidad no era tanto que fueran propios sino que fueran en contra de los establecidos). Quería vestirme a mi modo, hablar a mi modo, pensar a mi modo... Nunca me dí cuenta de que mis modos eran los de una pachequina más, y claro, contemplada dentro del "stablishment".
Hace cinco años, cuando me dí cuenta de que mi rebeldía no era más que una ilusión y de que estaba creciendo, mi objetivo se volvió recuperar el tiempo perdido y volverme una ciudadana respetable. Entré a la Universidad, busqué un empleo estable, cambié mi guardarropas y dejé las drogas.
Luego quise llenar mis angustias con propiedades y un estilo de vida alto, que me vieran con un pasaporte lleno de sellos de otros países, con ropa de marca, con glamour y belleza, que mis palabras llenas de cultura impresionaran al mundo, que todos supieran que estudio letras y tengo buen inglés. Quise proyectar una imagen a los ojos de los demás que diera a mi vida el sentido que le falta .
Hasta hace unos días pensaba que la causa de mi deseo por estas cosas era la madurez que ya me había alcanzado (ya saben, eso de pensar en el bienestar futuro, hacer un patrimonio y esas cosas), pero no, solo es la evidencia de que estoy empapada de la ideología consumista y cuánto duelo darse cuenta de ello.
Ahora, me veo aburrida y con expresión triste. Ya no creo que se pueda ser un outsider ni nada por el estilo, pero tampoco cumplir con mi papel de persona económicamente activa me hace muy feliz.
Lo que queda : soy una mujer clasemediera que se acerca a los treinta y no tiene ni la más remota idea de qué quiere ni hacia dónde va.

2 comentarios:

Manuel Sánchez. dijo...

Y sabes también lo más gacho, que uno se pone alegre al haber comprado algo...vaya mecanismo de consuelo.

Y hablando sobre futuro...más sobre el inmediato...mañana es miércoles y ya ni he hecho lo de Teoría...mierda, estúpido futuro.

Josué dijo...

Me recuerdas a Kafka. Sol{ia decirse a s{i mismo: Aber jeden Tag soll zuminedest eine Zeil gegen mich gerichtet werden.