lunes, 20 de julio de 2009
miércoles, 15 de julio de 2009
martes, 14 de julio de 2009
martes, 7 de julio de 2009
Noviembre mexicano
domingo, 5 de julio de 2009
Desde niña he tenido algo de depresiva, y cada que alguien me veía triste decían: "lo que tu necesitas es saber quién eres y aceptarte".
El primero que lo dijo fue mi papá, hasta la fecha sigue repitiéndolo cada que lo veo, yo recuerdo haber abierto los ojos y tratar de evitar que notara que no tenía ni la menor idea de qué quería decir con eso -siempre he querido impresionarlo, cabe decir que no lo he logrado y que si alguna vez le veo un destello de orgullo va acompañado de un consejo que debo seguir, es decir, otra oportunidad de impresionarlo-.
A él le siguieron amigos, maestros, padrinos... yo... seguía sin entenderlo. Supusé que era algo metafísico, mágico, filosófico.
Lo busqué primero en la religión. Leí la Biblia, incluso hasta el génesis y toda su genealogía, no lo encontré. Le rezé todas las noches, le escribí mil cartas y no me contestó.
Me pusé a buscarlo en libros de filosofía y leía a Nitzche, a Kierkegard, a Santo Tomás y no sé a quién chingados más -de todos modos era adolescente y si acaso entendí la mitad, no, menos. Aprendí de la sociedad, de religión, de luchas y de historia, pero tampoco encontré quién era.
Luego busqué en la psicología, tengo toda una colección de Freud. Aprendí que todo lo que hago está regido por una fuerza interna que se fue formando de todas mis experiencias y que no está a mi alcance. Fuí con un chingo de psicólogos y entre que cobraban caro o que les decía lo necesario para que dijeran lo que quería escucha, me aburrí. Y ya estaba peor la cosa, porque ya no tenía que saber nada más quién era , entonces tenía que conocer mi inconsciente para entender mi consciente.
Recurrí a lo místico. Busqué que me leyeran la mano, leí horóscopos y libros de reencarnación. A lo mejor ahí estaba la respuesta, si sabía quién había sido, tal vez podría saber quién soy ahora. Traté de acomodar todo lo que leí con todo lo que me dijeron, hize una mezcla algo extraña y traté de tranquilizarme con eso. No servía de nada, seguí sin entenderme y la gente repitiéndo "tienes que encontrarte, saber quién eres y aceptarte". A todos les pregunté qué tenía que hacer para entenderlo, no sabían. Algunos lo decían honestamente: "ah, eso si no lo sé"; otros daban una respuesta que se oyera interesante: "ah, debes encontrar tu propio camino" ó "tú ya lo sabes, solo debes darte cuenta".
Por fin lo entiendo, alguien que no me dijo la frase de siempre me ayudó a entenderlo. Era tan sencillo, estaba frente a mí y todo el tiempo lo compliqué. Era tan concreto y lo busqué en lo abstracto - un ejemplo más de como se complica mi mente, complicación que me tomó más de veite años descomplicar. Solo tengo que observar qué hago, qué dejo de hacer, qué digo, qué oculto, qué siento, qué quiero y eso soy, todo eso es lo que soy y nada más.
El primero que lo dijo fue mi papá, hasta la fecha sigue repitiéndolo cada que lo veo, yo recuerdo haber abierto los ojos y tratar de evitar que notara que no tenía ni la menor idea de qué quería decir con eso -siempre he querido impresionarlo, cabe decir que no lo he logrado y que si alguna vez le veo un destello de orgullo va acompañado de un consejo que debo seguir, es decir, otra oportunidad de impresionarlo-.
A él le siguieron amigos, maestros, padrinos... yo... seguía sin entenderlo. Supusé que era algo metafísico, mágico, filosófico.
Lo busqué primero en la religión. Leí la Biblia, incluso hasta el génesis y toda su genealogía, no lo encontré. Le rezé todas las noches, le escribí mil cartas y no me contestó.
Me pusé a buscarlo en libros de filosofía y leía a Nitzche, a Kierkegard, a Santo Tomás y no sé a quién chingados más -de todos modos era adolescente y si acaso entendí la mitad, no, menos. Aprendí de la sociedad, de religión, de luchas y de historia, pero tampoco encontré quién era.
Luego busqué en la psicología, tengo toda una colección de Freud. Aprendí que todo lo que hago está regido por una fuerza interna que se fue formando de todas mis experiencias y que no está a mi alcance. Fuí con un chingo de psicólogos y entre que cobraban caro o que les decía lo necesario para que dijeran lo que quería escucha, me aburrí. Y ya estaba peor la cosa, porque ya no tenía que saber nada más quién era , entonces tenía que conocer mi inconsciente para entender mi consciente.
Recurrí a lo místico. Busqué que me leyeran la mano, leí horóscopos y libros de reencarnación. A lo mejor ahí estaba la respuesta, si sabía quién había sido, tal vez podría saber quién soy ahora. Traté de acomodar todo lo que leí con todo lo que me dijeron, hize una mezcla algo extraña y traté de tranquilizarme con eso. No servía de nada, seguí sin entenderme y la gente repitiéndo "tienes que encontrarte, saber quién eres y aceptarte". A todos les pregunté qué tenía que hacer para entenderlo, no sabían. Algunos lo decían honestamente: "ah, eso si no lo sé"; otros daban una respuesta que se oyera interesante: "ah, debes encontrar tu propio camino" ó "tú ya lo sabes, solo debes darte cuenta".
Por fin lo entiendo, alguien que no me dijo la frase de siempre me ayudó a entenderlo. Era tan sencillo, estaba frente a mí y todo el tiempo lo compliqué. Era tan concreto y lo busqué en lo abstracto - un ejemplo más de como se complica mi mente, complicación que me tomó más de veite años descomplicar. Solo tengo que observar qué hago, qué dejo de hacer, qué digo, qué oculto, qué siento, qué quiero y eso soy, todo eso es lo que soy y nada más.
jueves, 2 de julio de 2009
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